15 de junio de 2014

Bucaramanga sin memoria

Carrera 17 con 34, vista al sur. Edificio Edmundo Mora Laguado que conserva un antiguo reloj suizo en la altura. Archivo AZ, 2014.

Bucaramanga, ante el turista desprevenido, y aun a los ojos de muchos de sus mismos hijos, aparece como una ciudad sin fastos, una urbe sin pasado, sin tradición gloriosa, sin efemérides que hayan marcado época en la historia nacional. Se podrían contar con los dedos de una mano las edificaciones añosas que quedan en pie y permiten sospechar los buenos tiempos pretéritos.

Carrera 17 con 34, vista al sur. Edificio El Buen Tono en el que destaca su torre del reloj y una sirena.
Las calles son anónimas y se distinguen únicamente por un número como los automóviles. Ninguna recuerda una leyenda heróica, un hecho luctuoso, una tradición venerable. Los apelativos antañones de los barrios y sitios representativos han sido olvidados o sustituidos por unos más prosaicos.

Cuando alguien nos visita, le mostramos como curiosidad lo conservado de Girón y Barichara coloniales; lo llevamos a subirse al teleférico de Panachi; y le recomendamos los deportes extremos de San Gil.

No hemos sabido allegar y conservar con esmero y emoción patriótica los testimonios del pasado. Sin embargo los más de tres siglos de existencia de esta ciudad, henchidos están de historia interesante, prestigiosa y comprometedora como estímulo para las generaciones del presente.

Fotografía coloreada de la calle 34 (antes calle 4). Al fondo Edificio El Buen Tono y su torre.

Las líneas de arriba fueron adaptadas al contexto actual, pero la idea principal no ha sufrido variaciones desde 1948, cuando fueron escritas por Juan de Dios Arias como proemio al libro de Ernesto Valderrama Benítez: Real de Minas de Bucaramanga. 


Las imágenes dan cuenta de la falta de memoria sufrida por muchos vecinos de esta ciudad que pasan a menudo por el sitio señalado sin imaginar su historia: Emilio Garnica instaló una sirena en la parte más alta del edificio de su fábrica de cigarros [marca Dr. Hang, de 96 decibelios, fabricada en Berlín, adquirida por 70 marcos], "desde 1929 esta sirena fue el reloj de los trabajadores de Bucaramanga, pues al sonar al mediodía y a las 5 de la tarde anunciaba el momento del descanso para almorzar o regresar a los hogares." (cfr. Socha Acosta, B. 2007. disponible en: http://bersoasantander150.blogspot.com/2007/05/los-viejos-recuerdos-del-garnica-en.html) El edificio fue demolido para dar lugar en 1968 al nuevo que construyó en ese sitio don Edmundo Mora Laguado, el fundador de la droguería Mundo. Además de tiendas y oficinas funciona hoy allí la corporación de educación empresarial Corlatsic que encabeza el heredero: Cristian Mora Padilla. Y en lo que respecta al reloj-sirena: está en venta (ver: http://www.clasf.co/reloj-segunda-guerra-mundial-en-bucaramanga-1058778/).

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